Hallazgo arqueológico en pleno Manhattan Fue construido por holandeses en 1773. Y luego lo hundieron para ganar tierra al río.
Dos momentos relevantes de la historia de
Estados Unidos se cruzaron de casualidad en Nueva York, a partir de un
hallazgo casual y sorprendente. Investigadores confirmaron que los
restos del barco que había sido hallado hace cuatro años bajo el sitio
donde se erigía el World Trade Center corresponden a una embarcación del
1700. Así, esos pedazos de maltrecha madera, maltratada por el paso de
los años, vinculan dos sucesos críticos de la historia del país: los
atentados del 11 de septiembre del 2001 y la víspera de la Guerra
Revolucionaria.
Investigadores dijeron que un barco desenterrado
en el sitio de construcción del World Trade Center, en el extremo sur de
la isla de Manhattan, se hizo con madera que fue cortada alrededor de
1773, dos años antes del comienzo de la guerra y tres antes de la firma
de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
Científicos del centro de estudios Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia afirmaron a la revista especializada Three Ring Research
que el roble blanco usado en la armazón del barco provino de un bosque
del área de Filadelfia, que es el mismo usado para construir el
Independence Hall en esa ciudad.
Los investigadores dicen que
identificaron tentativamente el barco como una corbeta construida en
Filadelfia, que fue diseñada por los holandeses (primeros europeos en
establecerse permanentemente en lo que hoy es Manhattan en 1624) para
transportar pasajeros y carga en aguas poco profundas y pedregosas.
Después de navegar durante dos o tres décadas, la hundieron a propósito
en el fondo del río Hudson como relleno para ampliar el extremo sur de
Manhattan.
Hace cuatro años, se encontró una pieza del barco de
9,7 metros de largo a unos seis metros de profundidad durante la
construcción de un estacionamiento en el nuevo One World Trade Center,
parte del complejo que se reconstruye después que los ataques
terroristas del 11 de septiembre destruyeran las célebres Torres
Gemelas.
Con extremo cuidado, los arqueólogos desmantelaron el
barco pieza por pieza y congelaron las traviesas para poderlas estudiar y
con la esperanza de rearmar el barco y exhibirlo. A poca distancia se
encontró también un ancla de hierro de unos 45 kilos.
Este es el
segundo barco que se encuentra enterrado en el fondo de las aguas en el
extremo sur de Manhattan en las últimas cuatro décadas. Los arqueólogos
encontraron otro, de carga del siglo XVIII, en Water Street en 1982.
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