Solo se sabe que reside en Anchorage, al sur de Alaska. Esto es todo sobre el personaje anónimo que acaba de colocar en la página web de la Casa Blanca una petición para la devolución de este territorio al Estado Ruso.

crimea

El pasado 21 de marzo, al acceder al espacio creado por el gobierno de Barack Obama que posibilita la recolección de firmas con vistas a exigir una respuesta oficial sobre cualquier tema, esta persona ha propiciado un revuelo en los medios de prensa y, por qué no, en los pasillos institucionales, sobre todo después de la reciente anexión rusa de la península de Crimea, hasta hace muy poco perteneciente a Ucrania.

“Alaska back to Russia”, es la primera de las apelaciones de este documento escrito en un inglés no muy ortodoxo, al parecer salido de una herramienta de traducción automática. Luego vienen un par de argumentos históricos que demuestran los estrechos lazos entre el extremo oriental de Rusia y la esquina izquierda del continente americano.

Si bien esto último no tiene desmentido histórico, el demandante olvida anotar que este territorio de 1.518.800 kilómetros cuadrados fue vendido en el lejano 1867 por un valor de 7,2 millones de dólares estadounidenses, cuando una Rusia necesitada de efectivo prefirió negociar con Estados Unidos, y así evitar que esas tierras cayeran en manos inglesas, después de –vaya curiosidad—la Guerra de Crimea.

Por otra parte, olvida el promotor mencionar al emperador Alejandro II, máximo responsable de la venta.

Lo cierto es que a día de hoy ya se colectan 38.261 firmas, más de un tercio de las 100.000 necesarias antes del 20 de abril de este año para que el gobierno norteamericano se lo tome en serio, la lea con detenimiento y proceda a hacer pública una respuesta convincente.

Comoquiera que a todas luces la respuesta del gobierno, de producirse, sería obviamente negativa, sí llama la atención este fenómeno sobre los fueros de reconquista que merodean en ciertas cabezas, máxime cuando las relaciones entre Washington y Moscú no atraviesan por su mejor momento.

Para buena parte de la población rusa, estaríamos en una etapa de corrección de las “injusticias históricas”; sentimiento que justifica la masiva aprobación de la anexión rusa de Crimea y que, al menos simbólicamente, explicaría reacciones como la del anónimo demandante de Anchorage.

Este 3 de abril fue creada una nueva página de Facebook, completamente dedicada al tema de la devolución de Alaska a Rusia.

Según The Moscow Times, podría tratarse de un solapado sondeo mediático ideado por funcionarios rusos, periodistas y bloggers pro-Kremlin, que demuestra un “ego magullado” y que intenta alimentar viejas ronchas nacionalistas. De manera irónica, hace un mes Vladimir Chizhov, representante permanente de Rusia ante la Unión Europea, dejó caer en una entrevista con la BBC que el senador John McCain debería "velar por Alaska".

Sitios web pro-gubernamentales han ironizado sobre el tema a partir de una foto trucada en la que cientos de pingüinos se manifiestan con carteles que dicen “¡Crimea es nuestra, Alaska es la siguiente!”.

Al parecer los diseñadores olvidaron, como nos recuerda The Moscow Times, que estos simpáticos animalitos no son nativos de Alaska, sino del Hemisferio Sur.

Desde su creación en 2011, solo dos demandas colocadas en el espacio "We the people" han acumulado el número de firmas exigido. Ambas –una sobre la secesión del estado de Texas y otra sobre el control de las armas de fuego—han recibido una respuesta negativa.